Y sino te diste cuenta, obviamente es Arena.
El viento me soplara al oido lo que dejaste en algun momento, en algun lugar, piedra y que por la espalda me castigaran traicioneramente tus esquirlas,piedras falsas.La ciudad te evita, para parecer, pero siempre llegas con algun acompañante, camuflada y equipada como tal que eres, insaciablemente cargosa.Y siempre fuiste mi mejor Roma, mi mejor Grecia, tus ciudades me envolvian dias, meses, y sobre todo las ganas,cansabas mi tiempo inifinito, mi niñez y juventud.Llena de silico eras, en realidad sos, un supermilimetro molesto, diminuto y jugueton, por lo que reconozco que sos tambien de gran ayuda para la imaginacion. No puedo negarte, cuanto me costo dejarte, extrañar tu suavidad y calor en verano, como tu frio opaco en Julio.
Aunque el sol me ilumine como 90 mil watts voy a estar ahi para saborarte, salada por el mar, crocante porque si, esmeralizada y ...suciedad, te clavas en mis poros, me cierras los caminos, y tapas a mis ojos jugando con mi destino.Y otra vez diré que podria volver a vivir aqui, pero todo sera como tu calima.
Aunque el sol me ilumine como 90 mil watts voy a estar ahi para saborarte, salada por el mar, crocante porque si, esmeralizada y ...suciedad, te clavas en mis poros, me cierras los caminos, y tapas a mis ojos jugando con mi destino.Y otra vez diré que podria volver a vivir aqui, pero todo sera como tu calima.
3 Comments:
De chiquito agarraba arena seca (helado de vainilla) y arena mojada (helado de chocolate)
Jugaba al heladero, y mis papás me pagaban unos centavitos.
Los pies hundiéndose en la arena...debe ser una de las cosas más agradables del verano.
Muy bueno nacho
Sabés que viajé con el texto...
Todas mis vacaciones de la infancia las pasé en Mar del Plata.
Íbamos a la Bristol.
Tengo recuerdos hermosos pero entrecortados.
El olor a pescado que te recibía.
Caminar, caminar el camino inclinado, guiados por el olor picante a sal que indicaba que tarde o temprado se llegaría al mar.
La arena molesta en todas las zapatillas a cualquier hora.
Muchas piernas y rodillas alrededor mío cuando jugaba con la arena mojada y mi balde.
La presión en la panza del barrenador de tergopol (o como se escriba).
El miedo interminable cuando te arrastraba una ola, y el agua salada que entraba por la nariz.
Las algas en los tobillos y algo de asco.
Los piletones que se formaban más en la playa, y el agua tibia.
La plaza Colón de noche, la plaza Colón de noche.
El parque Camet y la ilusión de recoger arqueológicamente todos los eucaliptos.
Y otros recuerdos, y pedazos de recuerdos que me los quedo para mí.
Gracias.
Quisiera poder compartir recuerdos tan lindos como los que acabo de leer, pero en mi tintero no hay playas, ni arena, no hay helados de chocolate y vainilla. Las cosas son muy distintas cuando la imaginación juega el papel principal en un niño, y así de la nada, con dos baldecitos y una cuchara, con la tierra seca, por escasez de agua, así se divertían los chicos en el barrio.
Ya de grande conocí el mar y la arena, qué molesta en las zapatillas, qué se asienta sobre el cuero cabelludo,y no tiene otra función más que la de molestar.
Me gustó mucho tu post, y tu visita en mi blog!
Saludos!
Publicar un comentario
<< Home