La presión jugaba entre las manos de ambos.
El tiempo, su peor pesadilla marcaba a la noche como si estuviera en un carruaje blanco y negro, del sigloXVI.
Filtraron sus temores, aunque no todos, y por si fuese poco, ella sonrió.
Una paradoja fue el zumbido que sintió en sus oídos y su mente, cuando recordó palabras de su viejo maestro.
Los ojos cambiaron, la mirada fue violenta, y la noche que era senzata fue natural.
Ella percibió el cambio, pero no encontraba explicaciones ni tuvo respuestas lógicas.El solo pudo decir, " no lo sé".
El aire se convertía en viento junto con el río que golpeaba a la piedra y la deshacía un poco mas, formando un compás para una danza de 4 labios, que por fortuna, se convirtieron en beso.
El tiempo, su peor pesadilla marcaba a la noche como si estuviera en un carruaje blanco y negro, del sigloXVI.
Filtraron sus temores, aunque no todos, y por si fuese poco, ella sonrió.
Una paradoja fue el zumbido que sintió en sus oídos y su mente, cuando recordó palabras de su viejo maestro.
Los ojos cambiaron, la mirada fue violenta, y la noche que era senzata fue natural.
Ella percibió el cambio, pero no encontraba explicaciones ni tuvo respuestas lógicas.El solo pudo decir, " no lo sé".
El aire se convertía en viento junto con el río que golpeaba a la piedra y la deshacía un poco mas, formando un compás para una danza de 4 labios, que por fortuna, se convirtieron en beso.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home